Las empresas automovilísticas fabrican cientos de miles de vehículos defectuosos (conocidos como «lemons») cada año. Estos limones presentan problemas que van desde algo tan pequeño como una conexión Bluetooth defectuosa hasta el apagado del motor mientras se conduce por la autopista. Nuestra legislatura exige ahora a estos fabricantes que reparen estos problemas mientras estén en garantía para garantizar que los consumidores obtengan el uso, la seguridad y el valor del vehículo que se les prometió. Estos vehículos defectuosos suelen requerir costosas reparaciones y, por desgracia, los fabricantes de automóviles incumplen a menudo sus obligaciones para con los consumidores.